martes, 22 de noviembre de 2011

Leyenda urbana.

Buenas tardes.
Hoy no voy a dar mi opinión, hoy os
voy a contar una historia de un joven
que tuvo que luchar contra si mismo.


Como la inspiración, él siempre llegaba tarde. Diferente a los demás, extraño de todos nunca fue un chaval de muchos amigos. Triste de él de todo lo que tuvo que aguantar y lo mal que siempre lo pasó. Pobrecito mío, él, que no eligió ser diferente y tuvo que aceptar-lo sin saber que los demás lo harían, que tuvo que luchar contra si mismo y contra la persona que los demás querían que fuera. ¿Qué pasó? Desapareció el miedo, ese niño descubrió que no había nada que temer, que sólo él podría ser feliz siendo tal y como había nacido, con sus virtudes y sus defectos, por mucho que los demás lo odiasen por ello. 
Tuvo suerte, la gente lo aceptó y vivió muy feliz, entonces entendió que su miedo era inútil, porque cuando eres tu mismo y estás seguro de ello no hay nada que temer.
¿Sabéis porque me gusta tanto esta historia y la conozcó tanto? Porque Él, lleva mi nombre y apellidos.




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